Por: Miss Ale Nava
En la antigüedad se decía que las peregrinaciones traían multiples beneficios físicos, pero también se hablaba de los beneficios psicológicos que tenía el emprender un viaje. Por eso, se dice que a los grandes viajes va una persona pero vuelve otra y md atrevo a afirmar que la que vuelve, es una versión mejorada de la que se fue. ¿Qué tienen los viajes que a nuestra mente le sientan tan bien?
- Al viajar las preocupaciones del día a día quedan reducidas a necesidades básicas.
- Viajar nos hace replantearnos nuestro mundo. Conocer de manera personal la realidad de muchos lugares es bastante diferente a la que recibimos a través de los medios de comunicación.
- Viajar nos enseña qué detrás de cada frontera podemos encontrar personas con necesidades muy similares a las nuestras. Nos ayuda a entender lo que nos necesitamos los unos de los otros y nos enseña a pedir ayuda sin sentirnos mal por recibirla.
- Viajar nos permite dedicar tiempo a conocer y escuchar lo que realmente nuestro cuerpo y mente necesitan.
- AL viajar te das cuenta que para vivir y ser feliz realmente necesitamos muy poco.
¡Viaja! Tan lejos como sea posible, ve a un lugar donde nada te resulte familiar. Tal vez cuando vuelvas, tu hogar y tu trabajo seguirán como siempre, pero algo en tu cabeza habrá cambiado.
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