Por: Elias Lozano
Los psicólogos de la psicología positiva definen el amor por aprender como una fortaleza del ser humano, presente en cada uno de nosotros. El aprendizaje es un proceso continuo que llevamos a cabo a largo de toda nuestra vida, sea de manera consciente o inconsciente, un individuo que aprende cosas nuevas activamente durante la vida será según la psicología positiva feliz.
Pero qué es una fortaleza en sí? Según esta rama de la psicología, las fortalezas son características que todos los seres humanos poseemos en mayor o menor cantidad, “el amor por aprender” es una de ellas y el cual yo considero sumamente importante o por lo menos lo es para mí.
El aprendizaje en general es importante, uno puede aprender de una mala experiencia, de un choque, de un problema de salud, por experiencias, este aprendizaje se le llama empírico y viene de las experiencias de uno mismo. Existe otro tipo de aprendizaje, el aprendizaje científico es decir es aquel que está comprobado por diferentes tipos de evidencias, este tipo de aprendizaje es comúnmente el que vemos en las escuelas. Sin importar cómo se aprende, lo importante es hacerlo para no caer en los mismos errores o para tomar mejores decisiones. Por ejemplo, una persona con diabetes no necesita empeorar su condición para saber qué necesita cambiar su dieta, ese conocimiento está comprobado desde hace años, aprende de manera científica o del conocimiento científico.
En lo personal, considero que ambos tipos de aprendizaje son efectivos para diferentes cosas, por ejemplo uno puede leer toda la teoría (científico) en cómo se maneja un carro pero no es hasta llevado a la práctica (empírico) que se aprende a manejarlo realmente, uno deberá saber diferenciar cómo decide aprender y qué hacer con ese aprendizaje, lo importante es nunca dejarlo de hacer.