Por: Any de Silva
Los cambios en su vida cotidiana pueden generar estrés.
Cuando se interrumpen las rutinas en las niñas y niños menores de 6 años, es decir que hay una disrupción de la vida cotidiana y normal, puede generar estrés. El estrés se genera por un incremento en la hormona de cortisol que pone a todo el cuerpo en alerta. El estrés no siempre es malo, pues fácilmente con apapachos, juegos y distracciones puedes ayudar a bajar los niveles de cortisol y regresar el cuerpo a la normalidad. Esto se conoce como estrés tolerable y muy probablemente las niñas y los niños estén sufriendo este tipo de estrés por el aislamiento frente al coronavirus.
Es normal que a causa del estrés, las niñas y niños más pequeños empiecen a tener ciertos comportamientos:
- En el caso de niñas y niños menores de 2 años:
- Problemas para dormir o mantener la rutina de sueño.
- Pérdida de apetito.
- Apego excesivo a su cuidador primario, que usualmente suele ser mamá o papá. O por el contrario, se puede volver más tolerante a la separación.
- Falta de motivación o entusiasmo.
- Llanto excesivo e injustificado.
- Y lo último, pero lo más importante, es que pueden empezar a tener conductas regresivas en su desarrollo, como por ejemplo, en el caso de las y los bebés que ya empezaban a caminar, regresan al gateo o a empujarse para arrastrarse en el suelo.
- En el caso de niñas y niños entre los 3 y 5 años, es de esperar que comiencen a expresar:
- Conducta regresiva, es decir que muy probablemente vuelva a orinarse en la cama cuando ya habían aprendido a avisar para ir al baño, o dejan de hablar o hablan a medias, y es usual que comiencen a chuparse el dedo.
- No toleran estar solos o solas y quieren siempre estar con algún adulto.
- Experimentan una pérdida en el apetito o por el contrario, quieren comer en exceso.
- Problemas para dormir o mantener su rutina de sueño.
- Comienzan a aparecer los miedos, ya sea a seres o situaciones reales como a animales o a la oscuridad, o a seres fantásticos como monstruos.
- Comiencen a expresar dolores inusuales de estómago o dolor de cabeza.
- Juegan repetidamente su situación actual; es decir que pueden empezar a jugar los roles que ven dentro del hogar.
Estas conductas son normales y no nos debemos de enojar o angustiarnos si las observas en tus niños o niñas, recuerda que el cuerpo y la mente de las niñas y los niños está expresando síntomas de estrés por lo que debemos estar atentos y alerta para observar cómo se dan estos cambios y cómo evolucionan.
¿Qué reacciones negativas podemos encontrar en los niños después de tanto tiempo de permanecer en casa?
En distintos estudios se demuestra que casi el 86 % de los padres perciben cambios en el estado emocional y en el comportamiento de sus hijos durante la cuarentena, en donde predomina la dificultad para concentrarse, irritabilidad, inquietud e hiperactividad, peleas, rabietas y rebeldías, sensación de soledad, alteraciones de sueño (insomnio, pesadillas, etcétera), cambios de humor, temor muy intenso por su estado de salud o el de sus familiares, pérdida de la noción del tiempo y hábitos poco saludables, como la falta de ejercicio físico, el desorden en la alimentación y el sedentarismo.
¿Qué actitud deben mostrar los padres frente a este tipo de cambios?
No siempre el estar permanentemente en casa, bajo las limitaciones que esto conlleva, da lugar a que los niños se muestren más sensibles o intolerantes. Sin embargo, es bueno tener en cuenta que las emociones podrían intensificarse. Como padres, debemos estar atentos a estas reacciones. Debemos fomentar una adecuada comunicación y observar con mucha atención. Preguntándoles a los niños cómo se sienten, cuál es la causa de una determinada emoción, y tratemos de encontrar juntos una solución, siempre respetando su privacidad y tiempos, para que se sientan libres de comunicar sus inquietudes en el momento oportuno.
¿Qué deberían aprender los niños de esta etapa que estamos viviendo y cómo podrían los padres ayudarlos?
Nuestro ejemplo como adultos es esencial. Somos sus principales modelos a seguir. Intentemos mostrar una actitud positiva, siendo tolerantes y abiertos a los cambios. Tratemos de ver con ellos las oportunidades que existen en medio de las dificultades, mostrándoles la forma adecuada de comunicarnos y tratarnos con afecto y respeto. Recordemos que esta situación es pasajera y debemos hacer un intento por mantener un estado de calma, siendo más optimistas en casa y dándoles seguridad respecto a las medidas de prevención. Utilicemos el humor, la creatividad.