Por: Rocio Hermosillo
Esta pandemia se ha vivido de manera diferente en cada uno de nosotros, es algo que no elegimos pero que todos tuvimos que vivirlo.
Tal vez hemos tenido la oportunidad de convivir y pasar mas tiempo con nuestra familia, para algunos pudieran surgir actividades que no pensábamos que pudiéramos realizar o que tal vez queríamos hacer desde hace tiempo, pero nuestras agitadas vidas no lo permitían, incluso el desarrollar una habilidad que no sabíamos que teníamos.
A más de un año de cuarentena, de manera personal, he experimentado distintas facetas al estar en casa, desde los maratones de Netflix comiendo todo el día, hasta mi yo saludable y “fit” al salir a correr en las mañanas.
Una de las habilidades que más desarrollé durante este tiempo ha sido en la cocina, ya que antes de esto cocinaba muy poco o prácticamente nada, y por un gusto personal por los pasteles de queso, me puse a hornear “cheesecakes”, los compartí con la gente y les gustó y así empecé a venderlos; nunca me hubiera imaginado que algo que involucrara el horno o la cocina me podría ayudar a emprender.
Un hobbie que también surgió en esta pandemia, es que junto con otros dos amigos maestros comenzamos a grabar un Podcast, que es para maestros “Sala de Maestros Mx”, en el cual hablamos sobre experiencias como docentes y temas educativos actuales. Esto a es algo que nos ha gustado mucho y nos ayuda a expresarnos y a veces hasta relajarnos y olvidarnos un poquito de todos nuestros deberes del día a día.
Definitivamente, muchas de las cosas que han pasado o que he hecho en el último año, no hubieran sido posibles con la vida que llevaba antes. Claro, no todos lo vivimos igual, pero siempre es mejor buscar el lado positivo de las cosas y hacer una reflexión de lo que hemos aprendido, de los momentos que hemos vivido, de la cercanía que hemos tenido
con la familia y el detener un poquito nuestras ocupadas vidas para ocuparnos de lo realmente importante, que somos nosotros mismos.