Por: Selene Cruz Melgarejo
Hay muchas cosas que disfruto de ser maestra, pero lo que más me agrada es rescatar las valiosas lecciones que aprendo de mis niños. Y es que, sin proponérselo, terminan enseñándome grandes cosas.
Mencionaré algunas situaciones que considero sería bueno poner más en práctica.
- Reír
Por las cosas más sencillas, incluso por las que consideramos sin sentido. Hay tanto beneficio en la risa: disminuye el estrés, reduce el dolor, mejora el humor. No importa si tu risa es discreta o escandalosa, encuentra motivos para reír y ser feliz.
- Intentar
Los niños están constantemente intentando cosas, como atar sus agujetas, lograr una maroma, aprender una tabla. Todos los días intentan hasta logarlo. ¡Qué gran ejemplo! Así que no te des por vencido. Continúa intentándolo.
- Perdonar
En muchas ocasiones los niños se encuentran en desacuerdo con sus amigos y llegan a sentirse molestos, pero no pasa mucho tiempo en que se encuentren juntos como si nada hubiera ocurrido. El tiempo es tan valioso como para gastarlo estando enojados.
- Jugar
Mucho de lo que los niños aprenden es mediante el juego. Así que, al jugar o disfrutar de un momento recreativo te ayudará a liberar tu estrés, a fortalecer tus relaciones con los demás y por qué no, a aprender.
- Capacidad de asombro
Conforme vamos creciendo vamos perdiendo la capacidad de asombro, todo nos parece normal, muy pocas cosas captan nuestra atención. Déjate sorprender por las cosas como si fuera la primera vez, disfruta de lo cotidiano y dale un nuevo sentido. Todavía hay mucho por aprender.
- Mantener la ilusión
“La ilusión es un valor que nos activa, que nos llena de optimismo y que refuerza nuestra autoestima”. Muchas de las cosas que los niños logran es por la ilusión que guardan. Ilusiónate, sueña en grande y que ese sea tu motor.
- Pedir ayuda
Para muchos significa debilidad, para los niños, la oportunidad de aprender.
- Expresar las emociones
Se dice que los niños siempre dicen la verdad. A ellos no les incomoda decirte que te quieren, que están molestos, aburridos o emocionados, pero a algunos adultos nos cuesta trabajo. Aprendamos a expresar con respeto nuestras emociones y sentimientos.
Y podría seguir con la lista, pues son incontables las lecciones que podemos aprender. Veamos la vida como ellos la ven. Seamos más niños.